13 de noviembre de 2008
Vota Mil Veces, firma encuestadora con pocos recursos y muchas ganas de jorobar la paciencia, decidió salir a las calles a acosar a gente inocente. ¿Logros? Ninguno, se entrevistó a un gentío en pleno intento de entrar a un vagón del Metro de Caracas o en mitad de un atraco a mano armada, donde la posibilidad de hilar frases coherentes es casi nula. La metodología aplicada fue del tipo «como vaya viniendo, vamos viendo», así que este periodista prefiere cerrar el pico al respecto. Ni mencionar el margen de error que supera en imperfección a los intentos por medir la cantidad de cadenas del Presidente de la República o el número de veces que en Globovisión se ha dicho la palabra «régimen».
Por cierto, demás está decir que varios de nuestros voluntarios resultaron heridos en la realización de este sondeo, por culpa de individuos inteligentes que no querían pararse a prestarle atención a un tipejo preguntón sobre cuestiones poco significativas. En cuanto al número de grabadoras dañadas por los encuestados, es de destacar que 76% eran de juguete.
Primero que nada, el sondeo de la encuestadora reveló que 49% de los ciudadanos está a favor de pintar el Pico Bolívar de rojo rojito. 14% se inclinó por el azul, 11% por el verde, 8% por el rosado, 8% por el amarillo pollito, 2% por el gris, 2% puede ver en blanco y negro, 2% tiene flojera de pensarlo, 1% es alérgico a la pintura, 1% cree que blanquito como está es bien bonito, 1% no pintaría y 1% huyó de la grabadora.
Al ser consultados sobre qué le cambiarían a Venezuela, 65% de las víctimas interrogadas sugirió dejar la vida independiente y anexarnos a Gringolandia, 20% hizo lo mismo pero con Cuba, 10% recomendó llamarnos La Isla de la Fantasía y 5% consideró que, en vista de ser un país con todo al revés, nos pusiéramos Benesuela.
Ante la posibilidad de cambiarle algo al caballo del escudo, 34% de los pelagatos recomendó sustituirlo por una yegua, 22% se hizo de la idea de poner al Presidente soltando una carcajada y a los opositores cayéndose a piña en una esquina, 16% sugirió ponerle un maletín con 800.000 dólares en el hocico, 13% propuso torcerle el pescuezo de nuevo, 10% cambiarlo por una ovejita recibiendo órdenes y 5% reemplazarlo por un chigüire bipolar.
A la hora de ponerlos a cerrar los ojitos (40% opinó en ese momento que la encuesta se estaba poniendo demasiado estúpida) e imaginar lo que pasaría en el 2021 surgieron las siguientes respuestas: 23% dijo que se parecía al 2008, 10% soñó con pajaritos preñados, 7% no veía al país, 5% veía a Carmona dando otro golpe de estado y a Chávez regresando al poder, 5% imaginó un infierno de bushitos, 5% vio a la oposición peleándose por la Alcaldía de la Esquina Caliente y 5% se quedó dormido en el intento.
Cuando Vota Mil Veces preguntó quién sería presidente en ese 2021, lo contestado por los encuestados se volvió un berenjenal. 33% veía a Chávez reelecto anunciando la inminencia de la guerra contra Estados Unidos, 22% vislumbraba a Rosales en el cargo pidiéndole peras al horno, 20% veía a Mickey Mouse dictando órdenes desde el Palacio de Miraflores, 20% ve de presidente a Pedro Pérez, y 5% se vio a sí mismo presidente.
Al ser consultados sobre la posibilidad de acabar con las encuestas tontas, el 100% se mostró a favor de eliminarlas de la faz de la tierra y mostraron su esperanza de ver algún día un incremento significativo de las serias. ¡Aleluya, finalmente consenso!