15 de diciembre de 2008
Convirtámonos en dogmáticos. La bola de paja rodando por el desierto en que se ha convertido este rincón web, es una súplica viva de atención no concedida. Seguiré fiel a mis principios digitales de cara al futuro, con lo que haré frente a los cuestionamientos que ennegrecen la imagen de los blogueros a nivel mundial. Deseo que el decálogo a continuación presentado rija mi accionar de ahora en adelante hasta que las llamadas bitácoras personales pasen de moda. Eso sí, siempre con la esperanza de ver dichas normas aprobadas en la futurista Asociación de Blogs, Páginas Personales y Otras Herramientas para Alimentación del Ego del Universo. Sin duda, las sanciones contra los infractores (todos aquellos manganzones poseedores de dichos recursos) serán implacables, pero de eso daré más detalles en otra ocasión. Comencemos la enumeración:
1. Como dice la canción: No lo dejes morir, no lo dejes morir. En este caso, no lo dejarás morir.
2. No pasarás más de una semana sin publicar un post. Es tu deber con los zancudos y moscas que dejan de rondar inocentes y dedican un minutito de sus días para leerte.
3. No publicarás posts carentes de contenido, significación o utilidad. Tu blog se convierte en un estorbo para los verdaderamente importantes.
4. No contarás pistoladas de tu vida personal, a menos que le des un vuelco distinto.
5. No describirás tu cotidianidad, a menos que te haya sucedido algo excepcional o hayas hecho un descubrimiento histórico. “Hoy tomé café” no dice nada, pero es válido decirlo si luego de tomártelo tuviste una alucinación por la burundanga o el azúcar piche que te echó un mal amigo.
6. No te venderás al youtubeísmo, perversión de la ya de por sí pervertida técnica del copy-paste.
7. No te venderás al sensacionalismo de los tabloides ingleses.
8. No le vivirás la parte a las agencias de noticias, sean AP, AFP o ABN. Úsalas con moderación, como indican las cajetillas de cigarrillos (¡Espera! Dicen algo sobre efectos nocivos. Olviden lo que dije).
9. Repudiarás las blasfemias de Alonso Moleiro contra el ego del gremio bloguero.
10. Visitarás los blogs de tus colegas, así sea para insultarlos y dejarles bien claro cuán malos son sus posts.